jueves, 19 de febrero de 2015

Asfixia de silencio

Cuando alguien te cuente sobre sus penas, angustias y preocupaciones, extiéndele la mano, ésa persona que confió en tí, no te muestres ajeno a lo que está pasando. No siempre está a nuestro alcance ayudar de manera directa, pero muchas veces el simple hecho de sentir que alguien comparte lo que sientes y se da el tiempo y espacio para oírte, calma un poco todas las revoluciones, sin contar los beneficios de desahogarte y lo que vas resolviendo tú misma al oír de tu propia voz tus problemas, es como darles forma, sentarlos, nombrarlos, comprender mejor de qué se trata y así poder buscarles un camino, una solución.


Si ves que alguien está mal y ya no es capáz de contarte nada, realmente preocúpate. Significa que ésa persona considera que sus problemas son muy graves ó que simplemente no tienen solución. Intenta tomarte el tiempo de escucharla, de hacerle sentir que no tienes prisa, que realmente quieres oírla. Si logras que te confíe su problema que era "incontable" ya habrás ganado parte del cielo. Callarse los problemas es suicida, es permitir que crezcan inmesurablemente en nuestro interior y mientras no los exteriorices no serás capáz de entenderlos y encausarlos.

Hay mucha gente hundida en su propia oscuridad, en su propia nube negra; podrías ser tú en algún momento quién necesitara de ése ángel que te muestre interés y apoyo. No podemos pasar la vida pensando sólo en lo que nosotros necesitamos sin oír a los demás.

Si podemos llevar un poco de luz a la oscuridad en que otra persona se encuentra sumida, ¿Porqué dejar de hacerlo?



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